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La Maldición del Diamante Hope

 

El diamante Hope es una de las gemas más espectaculares del mundo, con un intenso color azul marino y un peso estimado en más de 45 quilates. Con el tamaño de un nogal, la piedra preciosa vale más de 250 millones de dólares.

Existe una leyenda que cuenta que dicho diamante fue robado de un templo en India, donde se encontraba en una estatua de la diosa india Sita; sin embargo, su primera pista histórica se remonta a 1660, cuando un mercader francés de nombre Jean Tavernier lo vendió al rey Luis XIV de Francia por más de 4 millones de pesos.

La joya permaneció con la familia real hasta el 11 de septiembre de 1972, día en que fue robado, pero Luis XIV y María Antonieta fueron linchados y guillotinados frente a su pueblo, convirtiéndose en las víctimas más célebres de la maldición de esta joya.

Después de eso no se sabe cómo llegó a la familia Hope. Se dice que la familia perdió toda su fortuna, obligándola a deshacerse de la joya. Desde entonces, el destino del diamante fue fácil de rastrear, pues siempre iba marcado por asesinatos.

Y es que, tras pasar por varias generaciones con los Hope, el diamante perteneció a una larga lista de dueños de los cuales, algunos se suicidaron, otros fueron asesinados, se fueron a bancarrota, fracasaron en sus matrimonios o cayeron en adicciones.

Finalmente el 10 de noviembre de 1958, fue donado al Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsoniana por su último dueño, Harry Winston, quien lo envió por servicio postal en un sobre. A partir de entonces, forma parte de la colección nacional de gemas del museo.

En el año 2005, dicho instituto publicó los resultados de una extensa investigación donde señala que, originalmente, el diamante había formado parte de la Colección de joyas de la Corona Francesa hasta que fue robado, en 1792, cuando el Tesoro Nacional fue tomado por alborotadores que hurtaron algunas importantes joyas de la colección.

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