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La Puerta Maldita de Padmanabhaswamy


El templo hindú de Padmanabhaswamy posee siete bóvedas. Seis fueron abiertas y hallaron alrededor de USD 18 mil millones en tesoros. El enigma detrás de la puerta de hierro custodiada por cobras gigantes que nadie puede abrir

El templo está situado en Thiruvananthapuram, Kerala, una provincia en la costa suroeste de la India, y dedicado a Vishnu, específicamente en su postura "Anantha Shayanam", que representa el sueño cósmico consciente. A nivel arquitectónico, es una fusión del estilo regional con el Darvidian, que es común hallar en la vecina provincia de Tamil Nadu y está construido con 12 mil shalágrama shilá, piedras sagradas de la India extraídas del río Gandakí, en Nepal. Eso lo convierte en un edificio diferente a los del resto del país, una característica que no parece ser producto del azar.

Si bien en el ingreso al edificio hay un grabado que asegura que fue erigido a partir del día 964 después de la Kaliyuga -período de guerra con el dios Kali, alrededor del 3.102 a.C.- no existen otros documentos que ratifican esta información. De hecho, la primera documentación sobre el mismo pertenece a los poetas del período Sangam, entre el 500 a.C. y el 300 d.C.


En Padmanabhaswamy hay siete bóvedas en total, de las cuales seis ya fueron abiertas. En 2011, la Corte Suprema inició los trámites para la apertura de todas las bóvedas y allí encontraron, entre otros tesoros, objetos de oro, diamantes, esmeraldas, rubíes, coronas y hasta cadenas de metales preciosos, que se calculan por un valor aproximado 22 mil millones de dólares. Sin embargo, el contenido de la bóveda B, como se la llama comúnmente, todavía es un misterio.

Las razones por las que permanece cerrada son varias. Por un lado, la puerta es de acero, de un grosor que se desconoce, y no cuenta con ningún tipo de dispositivo evidente, como un botón o un mecanismo con tuercas o tornillos, como sí tenían las otras 6.

La otra razón es más legendaria. La famosa puerta de acero está protegida por dos gigantes cobras. Según la mitología local, esto se interpreta como un presagio de que el desastre ocurrirá a cualquiera que se atreva a abrirla.

Los monjes en custodia de la puerta aseguran que esta no se puede abrir por cualquier medio o por cualquier persona y que, de hecho, en la actualidad no hay nadie ni en la India ni en el mundo que sea capaz de abrirla. Según ellos, solo la puede abrir un hombre sagrado y altamente poderoso como los antiguos Siddhapurshas o Yoguis, a través del canto de mantras sagrados.

Los sabios que la custodian advirtieron que si la abren con tecnología moderna, esto desatará no solo una tragedia personal para el perpetrador, sino que un gran desastre natural azotará al planeta.


 

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La Maldición del Diamante Hope

 

El diamante Hope es una de las gemas más espectaculares del mundo, con un intenso color azul marino y un peso estimado en más de 45 quilates. Con el tamaño de un nogal, la piedra preciosa vale más de 250 millones de dólares.

Existe una leyenda que cuenta que dicho diamante fue robado de un templo en India, donde se encontraba en una estatua de la diosa india Sita; sin embargo, su primera pista histórica se remonta a 1660, cuando un mercader francés de nombre Jean Tavernier lo vendió al rey Luis XIV de Francia por más de 4 millones de pesos.

La joya permaneció con la familia real hasta el 11 de septiembre de 1972, día en que fue robado, pero Luis XIV y María Antonieta fueron linchados y guillotinados frente a su pueblo, convirtiéndose en las víctimas más célebres de la maldición de esta joya.

Después de eso no se sabe cómo llegó a la familia Hope. Se dice que la familia perdió toda su fortuna, obligándola a deshacerse de la joya. Desde entonces, el destino del diamante fue fácil de rastrear, pues siempre iba marcado por asesinatos.

Y es que, tras pasar por varias generaciones con los Hope, el diamante perteneció a una larga lista de dueños de los cuales, algunos se suicidaron, otros fueron asesinados, se fueron a bancarrota, fracasaron en sus matrimonios o cayeron en adicciones.

Finalmente el 10 de noviembre de 1958, fue donado al Museo Nacional de Historia Natural de la Institución Smithsoniana por su último dueño, Harry Winston, quien lo envió por servicio postal en un sobre. A partir de entonces, forma parte de la colección nacional de gemas del museo.

En el año 2005, dicho instituto publicó los resultados de una extensa investigación donde señala que, originalmente, el diamante había formado parte de la Colección de joyas de la Corona Francesa hasta que fue robado, en 1792, cuando el Tesoro Nacional fue tomado por alborotadores que hurtaron algunas importantes joyas de la colección.

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7 Películas Malditas

Varias películas dieron origen a leyendas de terror acerca de maldiciones que le ocurren a los participantes de lis filmes, en este top 7 te traemos las leyendas que indican que las películas están malditas.


 "La profecía"

Una leyenda relacionada con las catástrofes persigue a este filme desde su realización. Cuentan que el actor principal Gregory Peck viajaba en un avión cuando éste fue alcanzado por un rayo en medio de una tormenta. Por suerte, no provocó ningún daño ni a los pasajeros ni a la nave. Pero lo curioso es que lo mismo le pasó al guionista David Seltzer, ocho horas después, en otro avión y con otro destino. Antes de eso, Peck estuvo a punto de subir a un jet alquilado por la producción y a último momento canceló el viaje. 

Otra vez la buena racha estaba de su lado, porque ese vuelo terminó estrellado y sin sobrevivientes. ¿Increíble, no? Pero la maldición no termina ahí. En la película se incluyen varios animales, entre ellos, dos perros rottweiler que, por un descuido, atacaron a su adiestrador, y en otra oportunidad un león que salía en la escena del zoológico mató a un guardián. Además, el productor se salvó de una bomba que el grupo terrorista IRA había colocado en su hotel, y John Richardson -de efectos especiales- sufrió un accidente automovilístico en el que una colaboradora resultó decapitada, tal como ocurre en una escena de la película.
 


"El Exorcista"

Es uno de los filmes que atemoriza a más espectadores. Es que las maldiciones relacionadas con el diablo suelen ser algunas de las más realistas. Mientras filmaban la película debieron pedirle a un sacerdote que hiciera un exorcismo de verdad para alejar a los espíritus después de que ardieran varios decorados y se produjeran todo tipo de contratiempos inexplicables. Sin embargo, la muerte también hizo su aparición en el rodaje. Según las versiones, entre cuatro y nueve personas murieron por distintos acontecimientos, dos de ellos fueron los actores principales, Jack MacGowran y Vasiliki Maliaros. Además de esto, algunos testimonios afirman que Linda Blair (la niña poseída) “pronosticó” la muerte de un miembro del equipo técnico durante uno de las escenas en las que hablaba simulando estar poseída.





"El bebé de Rosemary"

Según dicen, el culpable del mal que acechaba a esta producción cinematográfica fue la locación en donde se filmó: la leyenda indica que toda persona que ingrese al edificio Dakota, en Nueva York, morirá en forma trágica. Un poco exagerado, ¿verdad? Ya que en sus departamentos vivieron cientos de personas desde su construcción en 1880. Lo cierto es que al año siguiente del estreno de esta obra maestra del terror dirigida por Roman Polanski, el compositor de la música, Krzysztof Komeda, falleció por un coágulo cerebral, de forma similar a uno de los personajes del filme. Ese mismo año, 1969, la pareja del director, la actriz Sharon Tate, que participó como extra, fue asesinada por una supuesta secta en una situación muy poco agradable. Años más tarde, John Lennon murió en la puerta de este edificio, tras ser atacado por un fanático. Coincidencia o no, varios finales trágicos se relacionan con los que estuvieron alguna vez en este lugar. 



"El cuervo"

La muerte de Brandon Lee fue una de las más famosas en la historia del cine. Durante la filmación de una escena de esta mítica película, el actor recibió un disparo letal de una pistola Magnum 44. La bala debía ser de fogueo, es decir, de utilería, pero por extrañas circunstancias resultó ser auténtica. El hecho ocurrió ocho días antes de terminar el rodaje, y el actor tenía 28 años. Consolidó así una maldición familiar después de la muerte de su padre, Bruce Lee.





"La dimensión desconocida"

Durante la filmación de una secuencia (en 1983), se produjo un accidente cuando un helicóptero que volaba a una altitud de sólo 8 metros fue impactado por una explosión de pirotecnia. El resultado fue la muerte inmediata del actor Vic Morrow y los pequeños intérpretes Myca Dinh Le y Renee Shin-Yi Chen de 7 y 6 años de edad, respectivamente. La nave se estrelló decapitando a Morrow y Le, mientras Chen murió aplastada. Los que se encontraban en el interior del helicóptero sobrevivieron. 




"El conquistador"
Algunos la catalogan como la película más maldita de la historia del cine, y no es justamente porque haya sido un fracaso en la taquilla. Se rodó en 1956 en el desierto de Nevada, Estados Unidos, en un lugar donde el ejército realizaba pruebas nucleares. Un cuarto de siglo después se supo que 91 de las 220 personas que participaron del filme, se habían enfermado de algún tipo de cáncer y, de ellas, 46 habían muerto. La causa estaría relacionada a la contaminación que había en el suelo y el agua del lugar. Entre ellos se encontraban los dos actores principales, John Wayne y Susan Hayward, además, del director Dick Powell.




"Poltergeist"

Según dicen, un maleficio se extendió entre la primera y la tercera película de esta saga del cine de terror. Dominique Dunne, quien interpretaba a la hermana mayor de la protagonista, fue estrangulada por su novio a los 22 años; Julian Beck, que debía aparecer en la segunda parte, murió de cáncer de estómago a los 60 años; y Will Sampson, que hacia de un médico indio, falleció por complicaciones en una operación a los 53 años. Pero la tragedia más famosa es la de la misma protagonista, Heather O’Rourke, que murió de un shock séptico a los 12 años, tras filmar la tercera parte de la saga. Se dice que su madre, mientras se encontraba en la sala de espera del hospital, aseguró haberla visto por una ventana diciéndole: “Mamá, no voy a volver”. ¡Qué miedo!


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El Callejón del Diablo

Al sur de la Ciudad de México, en la colonia Insurgentes-Mixcoac, se encuentra uno de estos lugares en los que, según cuenta la leyenda, han sucedido ciertos eventos extraños y apariciones.



En este angosto callejón,la gente cuenta que por la noche suelen aparecer sombras sospechosas y se oyen ruidos extraños. Pero lo más escalofriante de todo… dicen que se aparece el mismísimo Satanás para llevarse a quienes anden caminando por ahí y tengan cuentas pendientes que saldar.

La versión más conocida de las diferentes explicaciones e historias que giran alrededor del Callejón del Diablo, cuenta que un hombre escéptico ante los rumores, un buen día se animó a caminar por ahí. No llevaba ni la mitad del callejón recorrido cuando vio una sombra detrás de un árbol, pero eso no lo detuvo y continuó su camino.



Más adelante, la sombra se le acercó y el hombre vio a un ser que se reía histéricamente. Horrorizado, salió corriendo hacia el final del callejón. En su camino apresurado por llegar al final, sintió que el piso por el que caminaba se iba hundiendo y lo iba atrapando poco a poco, impidiéndole llegar a la salida del callejón. 



Cuando por fin logró escapar, le contó a todo mundo lo que había sucedido y que había tenido al diablo cara a cara. Otras versiones de la leyenda cuentan que el diablo se aparece en forma de lechuza o simplemente como una sombra. Sea o no cierto, no les recomiendo a los miedosos andar paseando por ahí a las tres de la mañana.
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